Mientras muchos padres viven una vida de preocupación por lo que será el futuro de sus hijos adolescentes, los he escuchado en diversidad de ocasiones decir “estos jóvenes de ahora, no saben lo que quieren”, “no se concentran en nada”, mencionan que se dispersan en clase, no colaboran, les aburre el sistema, les parece obsoleto, no se adaptan.
Estos jóvenes están expuestos a miles de estímulos por hora, una cantidad de información muy dinámica a la cual tienen acceso; decenas de canales de TV, cientos de páginas web, canales de videos, redes sociales; miles de alternativas y en ocasiones dicen estoy aburrido, no saben qué camino tomar.
Se dedican a realizar actividades, muchas veces impulsados por los sueños de los padres, por aquello que ven en el entorno le funciona a los demás, impulsados por la tendencia social del momento, a veces por la facilidad de no pensar y decir “si él o ella tuvo éxito a mi me puede servir también”. Viviendo esta vida puede llegar a tener el conocido éxito social, dinero, casa, familia, pero dentro de sí, la gran frase “me falta algo” la llama de la pasión nunca se encendió, nunca desarrollo su gran y único talento, para lo que estaba destinado en este mundo.
Pero en realidad, estos jóvenes no tienen la capacidad de concentrarse o es solo que no se adaptan a donde están. Hay alguna ocasión o actividad en la cual se concentren, se sometan a una inmersión tal que se desconecten del mundo que les rodea y realicen solo esa actividad.
En lo particular considero que si, solo hace falta ubicar aquello que les apasiona, les gusta, lo que saben hacer, aquello que les permita ser ellos mismos, vivir su vida no la vida ni los sueños de otros, no de sus figuras parentales ni de lo que diga el entorno, sino la suya propia.
Y si aceptamos que son ellos los dueños de su vida, mientras los acompañamos en su andar con amor, respeto, aceptación, celebración.
Y si le preguntamos
¿Qué es lo que más te gusta?
¿Qué te genera felicidad y sensación de plenitud en tu vida?
¿Qué es lo que mejor sabes hacer?
¿Cuáles son tus fortalezas?
¿Cual crees es o son tus talentos?
¿Qué puedes ofrecer tu que otros no?
¿Qué te hace especial?
¿De qué manera puedes unir estos talentos para crear algo único, algo que te diferencie?
¿Cómo puedes usar esto para generar riqueza?
Una vez respondidas estas preguntas el joven puede establecer prioridades, marcar su ruta, realizar su cuadro de metas, plan de acción e iniciar el andar por el camino para desarrollar su plan de vida. Conectado con sus talentos, con sus fortalezas, con su llama interna encendida y donde el mismo la mantiene así, viviendo una vida donde su futuro es POSIBLE.
Mientras sus padres lo acompañan y respetan su camino. Porque a la final, como padres lo más importante es la felicidad de nuestros hijos.
Autor
Edgar M Cabello Solis
Transaccional & Life Coach
BIO Edgar M. Cabello Solis:
Padre, Esposo, Ingeniero, Reflexólogo, Asesor Familiar, Psicolingüista, Life Coach y Coach Transaccional.
Instagram: @estufamilia_